Una situación sorprendente se desarrolló en el Centro de Cumplimiento Penitenciario del Biobío, donde una asistente social fue sorprendida manteniendo una relación sentimental con un recluso. La mujer, quien trabaja para una empresa que proporciona asistencia social a internos, fue hallada besándose con un hombre condenado por tráfico de drogas durante una evaluación programada. Este insólito incidente fue reportado por Meganoticias, lo que ha desatado una ola de interrogantes sobre la seguridad y protocolos en el recinto.
El incidente ocurrió el pasado viernes, cuando la asistente social aprovechó la falta de vigilancia por parte del personal de Gendarmería. En un intento por eludir la vigilancia, ambos colocaron una plancha de madera en la ventana del lugar donde se encontraban, para evitar ser vistos en ese momento crítico. Sin embargo, un gendarme alertó sobre la situación inusual, lo que llevó a una intervención inmediata.
Las primeras informaciones revelan que ya existían sospechas sobre la relación entre la asistente social y el interno, lo que había motivado un seguimiento por parte del personal de seguridad del penal. Al ser descubierta, se tomaron medidas inmediatas para abordar el incidente y se iniciaron investigaciones pertinentes. Este hecho ha generado preocupación no solo entre la administración del centro, sino también entre los funcionarios penitenciarios.
Este incidente marca un patrón preocupante, ya que no es la primera vez que se reportan casos similares en el Centro de Cumplimiento Penitenciario del Biobío. Desde el año 2024, al menos otros dos casos han salido a la luz, donde trabajadoras del mismo penal han sido sorprendidas manteniendo vínculos amorosos con los reclusos. Este tipo de situaciones plantea interrogantes sobre las políticas de contratación y supervisión de personal que trabaja en la institución penitenciaria.
El dirigente de la Asociación Nacional de Funcionarios Penitenciarios, Benito Saravia, expresó su preocupación por la situación, calificándola de «totalmente anormal». Saravia subrayó la importancia de que la administración penitenciaria tome medidas drásticas para asegurar que la asistente social no continúe en su puesto y que se investiguen todas las posibles irregularidades que podrían haber resultado de esta relación. La posibilidad de ingreso de elementos prohibidos y la fuga de información sensible son riesgos que no pueden ser pasados por alto.
