La historia del papa Francisco, cuyo nombre de nacimiento es Jorge Mario Bergoglio, se remonta a las tradiciones y luchas de la familia Bergoglio, cuyas raíces se encuentran en Portacomaro, un pequeño pueblo del Piamonte italiano. Allí, sus abuelos paternos, Giovanni Angelo Bergoglio y Rosa Margherita Vassallo, iniciaron un viaje que los llevaría a la Argentina en busca de un futuro mejor. Aunque el papado ha situado a Bergoglio en el centro del mundo, su historia familiar es un testimonio de la tenacidad y el sacrificio de los inmigrantes que dejaron su hogar en busca de nuevas oportunidades.
En 1929, Giovanni y Rosa, después de un desvío de fortuna que evitó que abordaran el siniestro ‘Principessa Mafalda’, finalmente desembarcaron en Buenos Aires a bordo del ‘Giulio Cesare’. Este viaje emblemático simbolizó el deseo de la familia de forjar un nuevo destino. Con la esperanza depositada en la capital argentina, se reunieron con los hermanos de Giovanni, quienes ya se habían establecido en Paraná, donde levantaron el reconocido ‘Palacio Bergoglio’, un testimonio de la vida y esfuerzo de la comunidad italiana en Sudamérica.
Tras enfrentar difíciles circunstancias económicas, el abuelo de Jorge Mario, Giovanni, se vio obligado a disolver su negocio de pavimentos y mudarse nuevamente a Buenos Aires. En esta ciudad, el padre de Francisco, Mario Giuseppe Bergoglio, comenzó a trabajar como empleado ferroviario y repartidor de productos, experiencia que infundió en su hijo un sentido de trabajo duro y perseverancia. Jorge Mario, que en ese entonces era un niño, aprendería valiosas lecciones sobre la dignidad del trabajo y la importancia de la familia de estas primeras etapas de vida.
El hogar de los Bergoglio, bajo la influencia de su madre Regina María Sívori y su padre Mario, se forjó en el amor, los valores religiosos y la disciplina. Regina, una mujer profundamente religiosa y solidaria, introdujo a Jorge Mario en la cocina, la música y la empatía hacia los demás, mientras que Mario imbuyó un amor por el deporte y un fuerte sentido del deber. Estos pilares formarían la base de su vida y ministerio, un legado que perdura en su papado.
La familia Bergoglio es un reflejo de la responsabilidad y la unidad. Jorge Mario, como el primogénito de una familia de cinco, siempre mantuvo un vínculo especial con sus hermanos, especialmente con su hermana María Elena, quien sigue viva y ha sido su apoyo incondicional. Cada uno de ellos ha llevado una vida discreta, contribuyendo al legado de sencillez y humildad que define no solo su historia familiar, sino también el corazón del papado de Francisco, quien ha alentado constantemente la importancia de la compasión y la cercanía con las personas.
