Gabriel Massuh Isaías enfrentar crisis empresarial

Empresario Gabriel Massuh entrega las claves para enfrentar una crisis 

Descubre las estrategias esenciales para fortalecer la resiliencia de tu empresa en tiempos de crisis, con consejos de uno de los empresarios más exitosos de Chile.

En el mundo empresarial, la capacidad de una compañía para resistir y sobrevivir a las crisis es fundamental. 

Una pieza clave en este rompecabezas es la gestión eficaz del efectivo. Muchas empresas medianas operan con un colchón de liquidez limitado, a menudo de solo 30 a 90 días, lo que les deja poco margen para maniobrar en tiempos difíciles. 

Sin balances completos, líneas de crédito amplias o reservas significativas de dinero en efectivo, se enfrentan a un riesgo considerable cuando surgen desafíos.

Las crisis pueden adoptar muchas formas, desde la innovación disruptiva de los competidores y la presión inflacionaria hasta pandemias y trastornos en la cadena de suministro. 

Independientemente del sector o del tipo de producto o servicio ofrecido, es crucial que los empresarios aseguren que sus compañías tengan suficientes recursos de efectivo durante estos períodos de interrupción.

“A lo largo de mi carrera, he observado a empresas experimentar altibajos. Basándome en esta experiencia y en la propia, recomiendo estar atento y evitar las falacias comunes en la gestión del efectivo”, expresa Gabriel Massuh Isaías, dueño y fundador de Bagno, empresa importadora de frutas en Chile. 

En este artículo, en base a la experiencia de Gabriel, podrás conocer tu posición durante las diferentes etapas de una crisis y fomentar una cultura consciente del efectivo en tu empresa.

Falacias comunes en la gestión del efectivo

El desafío de la supervivencia empresarial es considerable, como lo demuestra un análisis de LendingTree, que indica que más del 18% de las empresas cierran en su primer año y hasta el 50% no superan los cinco años. 

«Superar esta barrera del 18% requiere más que una buena idea o un producto excepcional. Se necesita una planificación financiera rigurosa, una estrategia comercial sólida y la capacidad para adaptarse rápidamente a las condiciones cambiantes del mercado”, propone Massuh. 

Esta alta tasa de fracaso empresarial a menudo se debe a deficiencias en la gestión del efectivo, un elemento crucial para la estabilidad y el crecimiento de cualquier negocio. La capacidad de una empresa para gestionar efectivamente su flujo de efectivo determina en gran medida su capacidad para navegar por momentos de crisis y aprovechar las oportunidades de crecimiento.

Durante la pandemia de Covid-19, por ejemplo, muchas empresas experimentaron una disminución abrupta en sus ventas y una rápida evaporación de su liquidez. Esta situación se vio agravada por el agotamiento de sus fuentes de capital, lo que llevó a una incapacidad para cumplir con las obligaciones operativas y financieras. 

Sin un flujo de efectivo adecuado y una base de clientes sólida, las empresas se encontraron en una posición insostenible, incapaces de mantener sus operaciones diarias.

A menudo, los empresarios, especialmente aquellos con una visión ambiciosa, se enfocan intensamente en mejorar sus productos o servicios para ser más competitivos en el mercado. Si bien esta es una estrategia crucial para el crecimiento, puede llevar a descuidar aspectos fundamentales de la gestión del capital de trabajo neto. 

Elementos como las cuentas por cobrar, las cuentas por pagar y la gestión del inventario son vitales para mantener un flujo de efectivo saludable. Sin embargo, estas áreas a menudo reciben menos atención, dejando a la empresa vulnerable a crisis externas, como una pandemia o un declive en el mercado.

«Estos elementos son el corazón del flujo de efectivo saludable de una empresa. Descuidarlos puede llevar a una vulnerabilidad innecesaria, especialmente en tiempos de crisis”, relata Gabriel Massuh.

Las etapas de la resiliencia empresarial

Según explica el creador de Bagno, la resiliencia empresarial, un aspecto crucial para la supervivencia y el éxito a largo plazo de cualquier empresa, puede entenderse a través de tres etapas fundamentales, que guardan similitud con la clasificación de los desastres naturales:

  1. Prevención: Esta etapa se centra en la gestión proactiva y la limitación de los riesgos para minimizar la probabilidad de interrupciones significativas en las operaciones de la empresa. Implica una evaluación cuidadosa de los posibles riesgos, desde fluctuaciones del mercado y cambios en la demanda del consumidor hasta posibles fallas en la cadena de suministro. Las estrategias de prevención pueden incluir la diversificación de productos y mercados, la construcción de relaciones sólidas con múltiples proveedores y clientes, y la implementación de medidas de seguridad y redundancia en los sistemas operativos y tecnológicos. El objetivo es crear un negocio robusto y flexible, capaz de resistir los cambios y desafíos inesperados.
  2. Respuesta: Esta fase se activa cuando ocurre una interrupción, y se centra en la capacidad de la empresa para absorber y gestionar el impacto. Durante la respuesta, es fundamental tener suficientes recursos de efectivo y otras formas de liquidez para mantener la flexibilidad operativa. Esto puede implicar acceder a líneas de crédito, reasignar recursos y priorizar ciertas áreas del negocio sobre otras. La comunicación efectiva con empleados, clientes y proveedores también es clave para gestionar las expectativas y mantener la confianza. La respuesta rápida y efectiva puede ayudar a minimizar los daños y sentar las bases para la recuperación posterior.
  3. Recuperación: La etapa final es la recuperación, donde la empresa busca no solo volver a su estado previo a la interrupción, sino también aprender de la experiencia y adaptarse para el futuro. Esto puede implicar analizar lo que funcionó y lo que no durante la interrupción, identificar oportunidades de mejora y realizar ajustes en la estrategia y operaciones. La recuperación también puede ofrecer la oportunidad de innovar y reposicionar productos o servicios, aprovechando nuevas tendencias o brechas en el mercado que hayan surgido a raíz de la crisis. En última instancia, la recuperación es una oportunidad para reforzar la empresa y prepararla para enfrentar futuros desafíos con mayor eficacia.

¿Qué es la resiliencia operativa?

El liderazgo juega un rol crucial en la construcción de la resiliencia. Crear una reserva para tiempos difíciles, ya sea a través de una suma global o acumulada con el tiempo, es esencial. Los líderes deben también inculcar una gestión consciente del efectivo en la cultura de la empresa, reevaluando los gastos y considerando nuevas opciones.

Es importante que el liderazgo mantenga un control sobre el flujo de efectivo con actualizaciones y revisiones regulares. Esto permite una mejor gestión del ciclo de conversión de efectivo y una mejora en la previsión de efectivo a largo plazo.

«Mantener un control riguroso y realizar revisiones periódicas permite no solo manejar mejor el ciclo de conversión de efectivo, sino también mejorar la capacidad para prever y planificar financieramente a largo plazo. Esta atención detallada al flujo de efectivo es fundamental para tomar decisiones informadas y estratégicas que sostengan el crecimiento y la estabilidad de una empresa en el futuro”, comenta Massuh Isaías. 

La falta de resiliencia financiera es una amenaza real para cualquier empresa. Aquellas que logran adaptarse y evolucionar durante los tiempos de crisis son aquellas que han estudiado y evitado falacias comunes, comprendido las etapas de la disrupción, y han confiado en líderes que priorizan la resiliencia empresarial por encima de las ganancias a corto plazo.

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