Alberto Ferrero es un español que vivía tranquilamente en su país pero que comenzó a sentir la inquietud de vivir nuevas experiencias y Chile fue un país que prendió su interés. Amigos chilenos que conoció en sus viajes a Inglaterra e Italia, fueron los responsables de presentárselo y mostrarle las bondades que podría encontrar en este lugar, tanto en paisajes como lugares para desarrollar uno de sus gustos, el deporte.
Sin querer dentro de su empresa se abrió un cupo en Chile y sin pensarlo, se vino a trabajar y a comprobar por su propia experiencia todo lo que le habían contado.
En la actualidad formó Ruca Bar, un lugar de encuentro donde podrás disfrutar de un excelente ambiente con platos gourmet y deliciosos cócteles a precios únicos, inspirados en su tierra natal.
¿Qué te trajo a Chile?
En aquel momento yo trabajaba como Asesor de Empresas en las oficinas de PwC de Madrid. Estaba un poco cansado de aquella ciudad y de lo que estaba haciendo en ese momento, por lo que empecé a buscar una alternativa a mi vida. Yo había hecho algunos amigos chilenos durante mi paso por Inglaterra, donde cursé el cuarto año de carrera, e Italia, donde cursé el quinto. Gracias a estas personas, tenía una noción bastante buena de lo que era Chile como país, sus paisajes espectaculares y salvajes, sus olas, sus montañas, entre otras maravillas.
Soy una persona a la que le gusta mucho el deporte, en especial el surf y el snowboard, por lo que Chile se convirtió en una opción tentadora para mí, en cuanto supe lo que me esperaba aquí. El día menos pensado, cuando llego a la oficina, un compañero me cuenta que en la sede de PwC Chile necesitaban a una persona para desarrollar un proyecto idéntico al que estábamos desarrollando para otros países desde la oficina en Madrid, así que no lo pensé dos veces y fui a hablar con la persona que era mi jefe en aquel momento. Después, los planetas se alinearon y fue todo muy sencillo, 3 semanas más tarde ya estaba aquí trabajando para PwC Chile.
¿Fue difícil adaptarte a nuestro país?
Al principio no fue nada difícil, cuando trabajas para una gran empresa como yo hacía, ella se encarga de todas las cosas y uno sólo tiene que preocuparse de ir a trabajar y hacer el trabajo de la mejor forma posible. En el momento en el que me salí de la empresa y armé la mía propia, esto dio la vuelta completamente. Ahora soy yo el que tiene que cuidar de mis empleados, hacer los trámites burocráticos, lidiar con muchas personas de todo tipo a diario, ver temas financieros, legales, tributarios, todo lo que conlleva tener un negocio propio ¡y vaya que cuesta!
Ser empresario hace que tengas mucho más contacto con la realidad, es como «estar solo ahí fuera, en la jungla», nadie cuida de ti y, si no te preocupas tú mismo de todas las cosas, nadie lo va a hacer por ti. Esto ha supuesto un aprendizaje enorme y me ha hecho apreciar muchas más diferencias culturales de las que veía en un principio. Es ahora cuando siento que no estoy del todo adaptado a este país, aunque me encanta estar aquí y soy feliz.
¿Cuándo nace la idea de crear Ruca Bar?
La idea nace junto a mi socio, un chico belga que conocí en las oficinas de PwC. Éramos compañeros de trabajo y nos gustaba salir a comer por ahí, esa es nuestra pasión. Visitamos, comimos y bebimos en todo tipo de lugares y así nos dimos cuenta que faltaba mucho por hacer en el rubro de la gastronomía en Santiago. Entre comida y comida, fueron surgiendo las conversaciones y así nació la idea de crear Ruca Bar.
¿Fue difícil dar vida a tu proyecto, pensando que estás en un país diferente?
La verdad que no sé cómo sería haber dado vida a un proyecto similar en España, pero me temo que hubiera sido bastante más sencillo en términos burocráticos y bastante más complicado en términos económicos. La verdad que sí, al principio fue muy difícil, tuvimos muchos problemas con las personas que contratamos para hacer la remodelación del local, tuvimos que duplicar varios trámites ante los diferentes organismos públicos por no estar bien organizados, etc. No fue fácil, pero afortunadamente al final salió todo muy bien.
¿Qué aconsejarías, según tu experiencia, a personas que quieren emprender?
Les aconsejaría que, si tienen una buena idea y creen en ella, vayan con todo, que hagan todo lo que esté en sus manos por conseguir aquello que quieren. Creo que hay muchas personas que tiene buenas ideas y muchas ganas de hacer cosas muy interesantes, pero no las hacen por miedo o por comodidad, porque tienen un trabajo estable, que les asegura un sueldo a fin de mes y eso les permite vivir cómodos. Yo creo si uno deja su trabajo para hacer algo en lo que cree, estará haciendo lo correcto, porque está persiguiendo su sueño y eso es muy gratificante a nivel personal. En mi opinión, la mayoría de las situaciones son reversibles, si no funciona, siempre hay marcha atrás, de una forma u otra se puede volver a la vida cómoda, pero si uno no lo intenta, pasarán los años y se quedará arrepentido de no haberlo hecho y no saber cómo hubiera resultado. Además, he de decir, que aunque el proyecto fuese un fracaso en términos económicos, siempre será un éxito en términos de aprendizaje. Para mí, salir de la zona de confort y armar una empresa, fue un choque de realidad muy fuerte y lo que más experiencia y conocimiento me ha brindado en esta vida, sin duda alguna. Si además las cosas van bien, como es mi caso, saber que estás trabajando para ti mismo, se siente diferente. No importa las horas que tenga que invertir, la cantidad de llamadas que tenga que contestar o los eventos de amigos que me pueda perder, sé que lo hago por algo que es mío, para mí, es mi sueño hecho realidad y eso es muy gratificante.
¿Qué diferencia a Ruca Bar de otros bares?
Básicamente que nos esforzamos por brindar una atención de primera, en Ruca Bar el cliente es lo primero. Nuestra propuesta se basa en ofrecer comida y tragos de primera calidad, pero a un precio muy asequible comparado con la media en Santiago y en un ambiente informal y «con onda». Esto fue un factor diferenciador cuando abrimos, ya que prácticamente no había sitios con estas características.
Ustedes ofrecen romper con los precios altos por coctelería de primera y comida gourmet. ¿Por qué quisieron destacar eso dentro del bar?
Sí, básicamente esa es nuestra propuesta. Fue algo que encontramos necesario… A base de salir a comer en diferentes lugares, nos dimos cuenta que para comer bien en Santiago, uno tenía que ir a sitios caros y bastante formales (salvo algunas excepciones, obviamente). Nos pareció que faltaba un lugar donde uno también pudiese comer y tomar cosas de calidad, pero sin gastarse tanto dinero y sin estar sentado en una mesa con mantel. Somos jóvenes y nos gusta compartir, escuchar música, tomar y estar en un ambiente relajado cuando salimos por ahí, pensamos que en Santiago faltaba un lugar así. Básicamente Ruca Bar nace para satisfacer esa necesidad.
¿Cuál es el ambiente que las personas podrán encontrar en Ruca Bar?
Ambiente es justo ¡lo que no le falta a Ruca Bar! Se van a encontrar con mucha gente, de todo tipo y edades, pero predominantemente gente joven, entre ellos muchos extranjeros. Por lo demás, buena música, luz tenue, bastante ruido, ya que siempre está lleno… ¡Y mucha, mucha buena onda!